¡Han sido 12 semanas increíbles explorando Rust! Al mirar atrás, siento que este tiempo me ha acercado aún más a la idea de un lenguaje multipropósito, sobre todo después de mi experiencia en C++. Rust me ha brindado una perspectiva diferente: un enfoque a la vez pragmático y seguro para el desarrollo de software.
Durante esta docena de semanas:
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Cargo se ha convertido en uno de mis aspectos favoritos: su forma de gestionar dependencias y la simplicidad de los comandos (como
cargo build
,cargo test
, etc.) facilitan mucho el flujo de trabajo y me ahorran tiempo en configuraciones complejas. -
La escritura de tests unitarios en Rust me ha encantado. Basta con crear un bloque
#[cfg(test)]
y unas cuantas funciones#[test]
para sentar las bases de un sistema de pruebas claro y robusto. El nivel de detalle en los errores de compilación y de test me resulta muy agradable, sobre todo cuando comparo con la configuración que solía hacer en C++. -
A medida que fui avanzando en ejemplos y proyectos (muchos de ellos inspirados en el mundo Pokémon para practicar la modelación de datos), comprobé lo eficiente y seguro que es Rust: evita fugas de memoria, facilita el control de errores y me empuja a pensar en diseños de código más claros.
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Todo lo que he hecho —desde la definición de structs y enums, hasta el uso de traits, genéricos y punteros inteligentes— me ha confirmado que Rust será mi lenguaje base de ahora en adelante. Quiero ganar mucha más soltura en él, y las ventajas en rendimiento y seguridad son un incentivo enorme para dedicarle más tiempo.
En definitiva, Rust me ha sorprendido gratamente: ese equilibrio entre el control detallado (similar al de C++) y la experiencia de desarrollo (apoyada por un excelente ecosistema de herramientas como Cargo) hacen que programar sea fluido, agradable y con menos errores en ejecución. ¡Sin duda siento que apenas es el comienzo de lo que puedo llegar a hacer con Rust!
–– ¡Seguimos entrenando y programando con Rust, listos para lo que venga!